Novedades y cambios en la web
¿Por qué?
Me he cansado de triunfar en LinkedIn, de las legiones de recruiters y talent hunters que me acosan para ofrecerme en bandeja un puesto de chief architect en Silicon Valley.
Tantas tecnologías, tanta experiencia, tantas competencias, lenguajes de programación, proactividad, multidisciplinaridad, dinamismo, tanta búsqueda de nuevos retos y desafíos, tanto cliente importante, tanto mejorar el mundo... Me estaba volviendo tan, pero tan guay, que corría el riesgo de explotar de dicha.
¡Hasta empezó a gustarme Vetusta Morla y la comida vegana! Cuando un hombre llega a este extremo de degradación, solo le quedan dos opciones: o terminar de volverse gilipollas, o sufrir una crisis de identidad.
Por suerte opté por la crisis. Y he decidido que se acabó la función. Fuera caretas y disfraces. Ahora me mostraré como el macarra iconoclasta que he sido siempre, sin concesiones a la galería ni formas que guardar. Y esta web, salvo contadas excepciones, será fiel reflejo de ello. ¡Sed testigos, bolsas de sangre!
¿Lo cuálo?
Iré añadiendo contenidos textuales y detalles interactivos con la mayor frecuencia que me sea posible, sin comprometerme a nada, porque te sorprendería la de trabajo que llevan estas cosas. Más de lo que ningún cliente estaría dispuesto a apreciar, por cierto.
Estos contenidos los clasifico en las siguientes categorías:
- Avisos: para cuando tenga alguna novedad que anunciar sobre la propia web o mis planes de conquista del mundo.
- Texto largo, novela: es decir, mis proyectos grandes. Básicamente novela, aunque puede entrar alguna monografía, por ejemplo.
- Reflexiones: de los pocos textos formales que verás aquí. A veces flaqueo, y tengo algo serio que decir.
- Textos e historias cortas: relatos, cuentos, contenidos breves, pero en mi línea.
- Recursos educativos: soy formador, y me gusta. Aquí pondré algunas cosas para mis alumnos.
- Actualidad: las noticias, reportajes y artículos que no encontrarás en ninguna otra parte, por motivos obvios.
¿Cómo...?
La primera versión de la web se hizo en Flash; la segunda en Wordpress. En la tercera usé una plantilla HTML, y para esta ocasión quería algo simple y artesanal, con el código y el diseño bien controlados. Nada de plantillas, nada de odiosos Worpreses, ni frameworks alienantes. Ni React, ni Bootstrap, ni Laravel; nada, salvo el script de las cookies. Solo código vainilla.
¿Y sabéis qué?
Que mucho mejor. Ya está bien de tanta chorrada: si necesitas usar Angular para la web de un restaurante de menú del día, es que algo estás haciendo mal.
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